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Jessica Rivera, profesora de arte en KIPP Un Mundo Primary, recuerda vívidamente cómo era cuando comenzó la escuela primaria. “Al principio me asusté”, recuerda. “No hablaba nada de inglés. Tenía miedo de usar mi voz.” Pero luego conoció a su maestra, y sus miedos se evaporaron. “Mi maestra de kínder era muy atenta y cariñosa y yo la amaba tanto. Todos estos años después, la sigo amando, porque me enseñó coraje y siempre me motivó.” Rivera se siente afortunada de que ahora puede tomar su propia experiencia y devolver el favor. “Las estrellas se alinearon”, reflexiona. “Porque ahora, soy parte de todo un equipo de personas que ayudan a los estudiantes, muchos de los cuales también son estudiantes de inglés, a aprender a usar su voz.”
Al igual que Rivera, se anima a todos los maestros de KIPP Un Mundo a incorporar sus propias experiencias en el plan de estudios. Este empoderamiento es evidente dondequiera que ves. Antes de venir a KIPP, Rivera dirigió talleres de atención plena para una corporación; ahora, incluye muchas de esas lecciones sobre habilidades socioemocionales en su clase de arte. El maestro James Agnew trae su pasión por el yoga y el monociclo a la comunidad KIPP Un Mundo y ha creado un modelo basado en el juego para promover la dedicación a la enseñanza de matemáticas y ciencias. “A los maestros aquí se les permite ser ellos mismos”, dice la directora Lorraine Bernal, “y esa mentalidad también va aplica a los estudiantes. Es muy importante que los estudiantes no solo sean valorados, sino que sepan que son valorados. Los estudiantes merecen ser escuchados y en KIPP Un Mundo, saben que todos quieren escucharlos.”
Bernal se basa en su propia experiencia de crecer en la pobreza en San Antonio para crear conexiones auténticas con los estudiantes. “Queremos que los niños sepan que cualquiera puede obtener una educación, cualquiera puede hacerlo. Fui a la universidad porque esperaba que cambiara mi vida”, dice Bernal, “y así fue. Realmente creo que no importa a qué te enfrentes, no importa tu tamaño o tu historial, si tienes las herramientas adecuadas, puedes lograr cualquier cosa.”
En KIPP Un Mundo Primary, los estudiantes están preparados para el éxito con un plan de estudios riguroso, significativo y culturalmente relevante. El programa académico está diseñado para maximizar el tiempo de aprendizaje, honrar múltiples estilos de aprendizaje y promover el logro académico. Todos los estudiantes asisten a una clase de español diariamente y, en lectura guiada y otras áreas de contenido básico, los maestros de KIPP Un Mundo tienen como objetivo tener estudiantes por encima del nivel de grado al final de cada año escolar.
Sin embargo, el contenido principal no es el único enfoque en KIPP Un Mundo Primary. Las artes son cruciales para el desarrollo de los estudiantes y Un Mundo es intencional en la creación de espacios para que los estudiantes exploren sus pasiones e intereses. Los estudiantes toman clases de danza, coro, arte y educación física; además tienen la oportunidad de participar en baloncesto, voleibol y fútbol.
Cuando se le pidió que resumiera lo que le gustaba de KIPP Un Mundo Primary, Rivera se tomó un momento para juntar sus pensamientos. “Eso es difícil, pero lo responderé de esta manera. Al comienzo de cada clase, mis alumnos hacen un canto donde dicen ‘I am an artist. Soy un artista.’. Y es cierto. Son y pueden ser artistas – creemos que todos nuestros estudiantes pueden ser lo que quieran ser. En esta escuela, no nos enfocamos en las barreras. Nos enfocamos en el amor y la comprensión”.
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